Los grupos en formación siempre han seguido objetivos similares, más o menos adaptados a cada encuadre y circustancia. En todos ellos se ha insistido en la importancia del cuerpo como "motor de arranque" a la hora de relacionarse adecuadamente con el entorno. Por lo general es ahí donde radican gran parte de las dificultades de los alumnos, en esa relación con su cuerpo y en la falta de un trabajo previo desde la infancia. Así que se puede considerar una carencia social, que llena de bloqueos y prejuicios a gran parte de la sociedad y que impide, en muchos casos, gestionar una comunicación efectiva.
Cada cuerpo está lleno de oportunidades y una buena consideración del mismo permite un desarrollo exponencial de las capacidades interpretativas.
En los diferentes espacios de formación éste ha sido el primer punto a tratar y los trabajos que se proponen siempre comienzan ahí: en ese primer acto presencial que supone el primer contacto.
El hecho de abordar esos entornos complejos nos acercan indudablemente a lo emocional. Disponer del cuerpo "ordenado" permite transmitir mejor la emoción. |